miércoles, 23 de febrero de 2022

Testigo para un crimen (1963), de Emilio Vieyra


Un cuerpo con un disparo en la sien es arrojado de un auto.
Es el comienzo de Testigo para un crimen, largomentraje argentino del director Emilio Vieyra.
Mauricio Peña (José María Langlais) arriba a Buenos Aires decidido a investigar la muerte de su hermano, Raúl Peña (Alfonso De Gracia), lo que lo conducirá a la boite Sunset y a enfrentarse con su regente, el mafioso Otero (Carlos Carella).
Testigo para un crimen está sazonada con musicales bizarros (tiene una participación un travesti Michelle, toda una osadía por aquel entonces) y escenas porno suaves donde interviene la estrella del club nocturno, Blondie (la famosa vedette Libertad Leblanc, desaparecida el año pasado).
No representativo del mejor cine argentino de esos años, tiene en una mirada no exigente los condimentos necesarios para entretener que hacen a todo policial (en rigor, entre el policial y las telenovelas): una búsqueda desesperada de venganza, un escenario sórdido, los matones, la policia no muy dispuesta a involucrarse y la femme fatale.

sábado, 23 de octubre de 2021

Le doulos (1962), de Jean-Pierre Melville

A Maurice Faugel (Serge Reggiani) le pesan los cuatro años que pasó en la cárcel tras haber sido traicionado por otro ladrón.
Decidido a dar un último simple golpe, ajustar cuentas y desaparecer, recurre a los servicios de su confiable "hasta probar lo contrario" amigo Silien (Jean-Paul Belmondo).
Doulos en el argot es sombrero.
En la jerga del submundo del hampa es el soplón, el buchón, el batidor, el que "lleva puesto" el informe de la policía.
La de Belmondo es una lograda composición de un personaje complejo que responde a una lógica propia, un antihéroe que sigue sus propios códigos.
Este es quizá el mayor aporte de la novela negra a la literatura, y al cinéma noire para el caso: la personificación de esos seres cuya idea de rectitud, sus decisiones en términos morales, su práctica de la justicia son tan personales que resultan difíciles aceptar; pero qué otras podrían sostener en el mundo que habitan, un mundo donde "miente o muere".
Frío, despiadado, sádico, Silien no duda un instante en golpear o matar como un medio para llevar a cabo su maquiavélico plan; contrastando con el uso de la violencia estrictamente irracional en Maurice, quién actúa movido por un sentimiento de venganza.

sábado, 8 de mayo de 2021

La hija de un ladrón (2019), de Belén Funes


No es la Barcelona de la Sagrada Familia, la plaza Real o el Edificio Fórum...
Sara (Greta Fernández) tiene veintidós, es sorda de un oído, madre de un inocente/demandante bebé de seis meses, hermana al cuidado de un niño lisiado, hija de Manuel (Eduard Fernández), un ladrón recién excarcelado que reaparece en su vida para echar a perder la relación padre-hija una vez más, y separada de Dani (Àlex Monner), el padre de la niña, que la rechaza. Demasiado peso para los jóvenes hombros de la pobre Sara.
Un gran mérito de la realizadora es hacer creíbles protagonista e historia: si la pretensión al filmar es contar cosas que le pasan a personas reales, que tienen sentimientos y un montón de necesidades, es indispensable dotar a tus personajes y escenas de una verosimilitud casi documental, y Belén Funes logra salir airosa de semejante desafío.
En la misma dirección, una mención especial para Greta Fernández por su espléndida composición de una (anti)heroína de aparente debilidad; mas una fragilidad que no sabe de flaquezas; consciente de que todo está mal y se va a poner peor, pero decidida a no bajar los brazos pase lo que pase.

lunes, 12 de abril de 2021

Adiós (2019), de Paco Cabezas


No es la España que estás acostumbrado a ver en los videos, o la España de las anticuadas postales.
No es la Sevilla de la Giralda, el Alcázar o las Setas.
Es un escenario inhóspito, poco acogedor, habitado por seres que tienen que luchar para sobrevivir.
Hombres y mujeres a merced de un micro mundo hostil que no perdona a los que no son lo suficientemente fuertes.
Un ambiente que se torna enrarecido, irrespirable, a cada paso agitado de sus moradores en la búsqueda de un escape que se presenta ilusorio, de la posibilidad de una huida que parece desvanecerse a cada instante eterno.
Es el Tercer Mundo en el Primer Mundo.

Los tipos en Sevilla son duros, como en todas partes.
Arreglan sus chanchullos, dirimen sus disputas, resuelven sus pleitos a los tiros.
El veterano policía Manuel Santacana (Carlos Bardem) y el condenado por tráfico de drogas Juan Santos (Mario Casas) son fuertes por necesidad, tienen la piel curtida de tanto yugarla.
No habrían sobrevivido en ese medio de no ser así.

miércoles, 24 de febrero de 2021

La isla mínima (2014), de Alberto Rodríguez


"Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir."

Pueblo chico, infierno grande. Es 1980. Franco ya es historia, pero dejó sus huellas.
Sus marcas perviven en un pueblo rural sumido en el atraso, olvidado de Dios, en las marismas del Guadalquivir.
Estamos en democracia, pero no se nota.
Las prácticas del generalísimo aún subsisten, la economía está estancada, y en ese pueblo sin vida solo consigue enardecer los ánimos la huelga.
Es un ambiente asfixiante, sofocante, calladamente opresivo; un lugar que todos quieren abandonar, dejar atrás; donde las mujeres hablan cuando los hombres las autorizan y las adolescentes son una mercancía de bajo costo.
Desde Madrid llegan dos detectives de homicidios, Juan Robles (Javier Gutiérrez) y Pedro Suárez (Raúl Arévalo), para investigar la sospechosa desaparición de dos hermanas.

lunes, 11 de mayo de 2020

A sangre fría (Truman Capote's In Cold Blood, 1967), de Richard Brooks

A sangre fría, la famosa novela de Truman Capote, relata el asesinato de la familia Clutter, llevado a cabo en la ciudad de Holcomb, en el mediooeste norteamericano, por dos ex convictos de nombre Perry Smith y Dick Hickock, la posterior investigación de los hechos, hasta llegar al juicio y ejecución de los condenados.
Mirando la adaptación cinematográfica de A sangre fría, realizada en 1967, con la dirección de Richard Brooks, proyectada tiempo atrás en la Televisión Pública Argentina, pienso en la diferencia abismal en la calidad del cine norteamericano de la gran industria de décadas atrás y el reciente.
Los directores en la actualidad, en comparación con los de las décadas del cincuenta y sesenta, por aquellos años vigilados muy de cerca por los productores, no saben narrar, perdieron la habilidad para contar una historia y, salvo excepciones, son débiles en la dirección de los actores.
La breve escena en la cual el astuto detective Alvin Dewey (John Forsythe) visita a Tex Smith, padre de Perry (estupendo Charles McGraw), es magnífica.

viernes, 6 de marzo de 2020

Clímax (Climax, 2018), de Gaspar Noé

Basada en hechos reales aparentemente ocurridos en Francia en 1996, Clímax es algo así como la versión lisérgica de Fama (Alan Parker, 1980).
Empieza con las entrevistas propias de un casting para una compañía de danza, donde jóvenes bailarines de diversa pertenencia étnica y orientación sexual declaran su pasión por el baile.
A continuación, tiene lugar una coreografía moderna, de esas en las que los intérpretes se contorsionan y hacen todo tipo de movimientos que no recuerdan en nada al baile clásico.
A partir de ese momento, el director se dedica a exponer las relaciones entre esos jóvenes, reunidos en ensayos en el espacio cerrado de una escuela abandonada, regodeándose en diálogos banales, vacuos, carentes de interés alguno (la charla entre los dos jóvenes negros es graciosa).
La acción sigue en una fiesta electrónica y, en un momento dado, se suceden acusaciones cruzadas entre los jóvenes de añadir LSD a una sangría, y todo se sale de control, derivando en imágenes orgiásticas teñidas de rojo, el clímax aludido en el título, donde la muchachada entra en trance y posterior descenso al infierno.

martes, 10 de septiembre de 2019

Lazos perversos (Stoker, 2013), de Park Chan-wook

Lazos perversos es un ejemplo más de una película, cuyo significado para un prestigioso director en el ámbito internacional, en esta ocasión se trata del surcoreano Park Chan-wook (Sympathy for Mr. Vengeance, la magnífica Oldboy), consiste en tener la experiencia de dirigir en la meca del cine.
El primer problema que conspira para que el filme sea más consumado, tratándose de uno perteneciente al género de suspenso, donde es requisito esencial, necesario, la existencia de algo oculto, velado a descubrir, a revelar, es que desde el inicio sabemos, lo cual es premeditado, por supuesto, que tanto el adulto tío Charlie (Matthew Goode), como la joven India Stoker (Mia Wasikowska), son dos psicópatas.
Asimismo, los personajes, como sus protagonistas, carecen de matices. No hay misterio, riqueza, profundidad o complejidad alguna en sus retratos.
En forma coincidente, se puede pensar que el realizador desaprovecha un poco, a los efectos de crear incertidumbre en la trama, de generar una tensión insostenible, de estremecer o inquietar a los espectadores, finalidad de esta clase de largometraje, lo más interesante, sugestivo, revulsivo en el relato que es la atracción sexual que el protagonista masculino ejerce, tanto sobre Evelyn (Nicole Kidman), la madre viuda, inestable e insatisfecha, como sobre la adolescente huérfana, y lo relativo a su despertar sexual y conversión en mujer, todo lo cual podría haber sido mejor explotado.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Sharp Objects (HBO), de Jean-Marc Vallée

Sharp Objects, la recientemente finalizada serie de HBO, cuenta una historia inquietante, sórdida.
La periodista Camille Preaker (Amy Adams) regresa a su ciudad natal, un pueblo sofocante de Missouri en el medio oeste norteamericano de nombre Wind Gap, para cubrir la noticia del asesinato de dos jovencitas y, a la vez, lidiar con problemas emocionales irresueltos, y el recuerdo de una hermana muerta en misteriosas circunstancias.
Allí se reencuentra con su dominante, manipuladora madre Adora (maravillosa Patricia Clarkson, consigue adueñarse del protagonismo); y su engañosa, enigmática adolescente media hermana Amma (espléndida Eliza Scanlen).
Camille es alcohólica, egresada de una institución psiquiátrica y tiene su cuerpo lleno de cicatrices por lesiones autoinfligidas hechas con objetos cortantes (sharp objects).
Alojada en la victoriana mansión familiar donde, más pronto que tarde, saldrán a la luz todos los detalles de un clan retorcido, hecho a pura violencia disimulada, habitando un pueblo provinciano maldito, signado por las diferencias de clase, el odio y el rencor, cuyo deporte más popular es el chisme.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Pusher II (2004), de Nicolas Winding Refn

El protagonista de Pusher II es Tonny (Mads Mikkelsen), uno de los personajes secundarios de Pusher, primera parte de la trilogía filmada por el danés Nicolas Winding Refn, lo que significa todo un hallazgo en esto de las sagas.
Una vez egresado de la cárcel, Tonny está decidido a rehacer su vida, pero las condiciones no se presentan precisamente favorables para cumplir con su propósito: tiene deudas por pagar, debe mantener un inesperado hijo y, gracias a los servicios prestados por su amigo Kurt (Kurt Nielsen), se involucra en un nuevo desfavorable intercambio con Milo (Zlatko Buric), el amenazante proveedor de drogas.
El plan de Tonny consiste en incorporarse al negocio familiar de robo de autos, pero se enfrenta a la difícil misión de ganarse la confianza de El Duque (Leif Sylvester), su padre y jefe de la banda, que no hace esfuerzo alguno por mostrar un poco de respeto por su hijo (Tonny tiene la palabra "respeto" tatuada en la nuca).
El segundo obstáculo en su camino, insalvable, es que simplemente no tiene madera de gángster.
Fácil es imaginar que las cosas se van a poner complicadas para Tonny, sin salida cuando se vea en la obligación de asumir la deuda de Kurt ante El Duque, un compromiso que no está en condiciones de honrar.