martes, 26 de abril de 2011

Monte Hermoso, Buenos Aires, Argentina - Verano '11

Desde La Plata, las empresas Plusmar y El Cóndor te llevan a Monte Hermoso (El Cóndor tiene una única salida todos los días a las 23:20). Las unidades son coches semi-cama, y el precio es $209; estudiantes y jubilados tienen un 20% de descuento, abonando $167.20. No es directo, sino que incluye paradas en Azul (a las 3:20), Chávez, Tres Arroyos, Dorrego, arribando a Monte Hermoso a las 8:45.
Luego, continúa hacia Bahía Blanca.
De regreso, la única partida semanal desde Monte Hermoso es a las 22:50, pasa por Tres Arroyos (0:50), Adolfo González Chávez (1:30), Juárez, Azul (4:00), y llega a La Plata a las 9:00.
Monte Hermoso es una ciudad pequeña, con edificios de departamentos próximos a la playa, y dos peatonales: Dorrego y Dufaur, escenario de los habituales paseos al caer el sol.
Bares y restaurantes tienen sus sillas y mesas dispuestas en las veredas, mientras que, a la noche, grupos de jóvenes tocan música en vivo sobre la misma vía, resonando todavía en mis oídos los versos: "Esa mujer me está matando. Me ha espinado el corazón".
En la playa, por la tarde, las atracciones destinadas a entretener a los veraneantes consistieron durante mi estadía, en una batucada proveniente de Bahía Blanca que, a la hora en que el sol empezó a despedirse, se trasladó al centro; y un desfile donde se presentó indumentaria perteneciente a negocios situados en la localidad citada (Bahía Blanca es la ciudad vecina de mayor tamaño por lo que ejerce influencia sobre Monte Hermoso), con la particularidad que los "modelos" que recorrieron la pasarela con gesto concentrado eran pre-adolescentes "como cualquier hijo de vecino".
Una actividad regular, mientras duró mi permanencia en el lugar, fue llevada a cabo en un parador, donde al ritmo del reggaeton, se ensayaron pasos de baile.
Siempre que asisto a actos como los mencionados, pienso en las típicas prácticas que atraen a la gente en vacaciones y mi dificultad para identificarme con las mismas.
Siguiendo ese razonamiento, un hecho llamativo para mí es no haber hallado la consabida feria artesanal; en cambio, observé varios puestos para hacer trenzas, que parecen estar de moda esta temporada.

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