La acción transcurre durante un día en la vida de una familia disfuncional en una Buenos Aires intimidante.
De igual manera que Ciudad de México en Amores Perros (Alejandro González Iñárritu, 2000), la ciudad es un espacio de supervivencia, pero no solo para los más necesitados.
Como consecuencia de un sistema económico colapsado, aquellos que pertenecen a la clase media pueden ver hecho realidad el peor de sus miedos: no escapar a ese estado de vulnerabilidad y, de un momento a otro, ser arrastrados por un espiral de violencia.
Arturo (Arturo Goetz) es un taxista que intenta sobrellevar la rutina diaria escuchando un disco compacto con técnicas de relajación.
La indiferencia define las relaciones con su mujer Irene (Stella Galazzi) y su hijo menor Leandro (Nahuel Pérez Biscayart), un adolescente adicto que acostumbra deambular por las calles sin rumbo, a la deriva; cuyas breves presencias en la casa que habita junto a sus padres lo muestran como un intruso.
Madre e hijo tienen, cada uno por separado, un plan para escapar de esa asfixiante realidad: Irene, participar de un torneo sudamericano de bridge; y Nahuel, viajar a la costa atlántica bonaerense a vender pastillas de éxtasis con la finalidad de reunir dinero para desaparecer; tal como lo hiciera su hermano mayor Ramiro cuatro años antes.