
Cuando Christian (William Jøhnk Nielsen), recién llegado de Londres también con su "mochila" a cuestas, la muerte de su madre, comienza a asistir a clases, se establece un vínculo inmediato que se ve fortalecido en el momento que Chistian, en una explosión de ira, golpea a un compañero que maltrata a Elias.
La situación llega a conocimiento de las autoridades, que no parecen dispuestas a intervenir decididamente, mientras que la participación de los padres está limitada a enseñar a sus hijos que la violencia solo engendra violencia.
Anton (Mikael Persbrandt), padre de Elias, un médico director de un campamento de refugiados en África, tiene la oportunidad, frente a sus hijos y a Christian, de mostrar una conducta ejemplificadora en eso de no responder a la agresión de los demás, cuando otro adulto, padre de un niño que tiene un altercado con el hermano menor de Elias, le propina varias bofetadas en el rostro y lo insulta, en forma discriminatoria, en razón de ser sueco.