La fórmula que Lenny Kravitz patentara a principios de los noventas con tres fantásticos primeros discos: Let Love Rule (1989), Mamma Said (1991) y Are You Gonna Go My Way? (1993), una notable relectura de los estilos musicales populares de raíces negras, predominantes durante los sesentas y setentas, hace rato que perdió eficacia.
A partir de 5 (1998), donde incurriera en vanos intentos por refrescar su propuesta, que todavía conservaba en Circus (1995) buena parte de sus méritos; incorporando de modo poco convincente loops y algunos sintetizadores analógicos, comenzó a dar signos de ostensible cansancio y a mostrarse deslucida, desteñida.
Los temas incluidos en sus álbumes editados en la primera década del siglo XXI son de factura pobre y los elogiables arreglos de antaño brillan por su ausencia.
Su nuevo álbum, Black and White America, más allá de nuevos empeños poco fructíferos e innecesarios de aggiornamento, expuesto con mayor claridad en Boongie Drop, donde participan los raperos Jay-Z y DJ Military, una canción cuya inclusión es un poco forzada; y que Rock Star City Life parece parodiar sus mayores éxitos; manifiesta una recuperación.
La música muestra muchas más luces que las anémicas entregas anteriores, destacándose el sabor funky en Black and White America, cuyo título tentativo era, apropiadamente, Negrophilia; el poderoso Come On Get It; el falsete con sabor a Marvin Gaye en Liquid Jesus; un tributo explícito a James Brown, de nombre Life Ain't Ever Been Better Than It Is Now; reminiscencias de música disco setentista en Superlove; y el beat repetitivo de la magnífica Sunflower. ***1/2
A partir de 5 (1998), donde incurriera en vanos intentos por refrescar su propuesta, que todavía conservaba en Circus (1995) buena parte de sus méritos; incorporando de modo poco convincente loops y algunos sintetizadores analógicos, comenzó a dar signos de ostensible cansancio y a mostrarse deslucida, desteñida.
Los temas incluidos en sus álbumes editados en la primera década del siglo XXI son de factura pobre y los elogiables arreglos de antaño brillan por su ausencia.
Su nuevo álbum, Black and White America, más allá de nuevos empeños poco fructíferos e innecesarios de aggiornamento, expuesto con mayor claridad en Boongie Drop, donde participan los raperos Jay-Z y DJ Military, una canción cuya inclusión es un poco forzada; y que Rock Star City Life parece parodiar sus mayores éxitos; manifiesta una recuperación.
La música muestra muchas más luces que las anémicas entregas anteriores, destacándose el sabor funky en Black and White America, cuyo título tentativo era, apropiadamente, Negrophilia; el poderoso Come On Get It; el falsete con sabor a Marvin Gaye en Liquid Jesus; un tributo explícito a James Brown, de nombre Life Ain't Ever Been Better Than It Is Now; reminiscencias de música disco setentista en Superlove; y el beat repetitivo de la magnífica Sunflower. ***1/2
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