Cena entre amigos se propone reflexionar sobre el matrimonio y la convivencia al exponer el conflicto desencadenado en la relación de dos parejas de amigos cuando una decide separarse.
Enseña dos modos opuestos de enfrentar el desgaste impuesto por la cotidianeidad: distanciarse para preservar la libertad y el bienestar propio, o permanecer juntos para intentar recrear aquello que los unió.
La obra de Donald Margulies resulta eficaz al momento de describir con humor escenas de la vida conyugal, situaciones comunes donde el espectador se pueda sentir identificado, limitándose a señalar las dos posiciones sin tomar partido, pero carece de algún apunte que aporte mayor originalidad a lo que se está contando.
El mérito de la puesta reside en la dirección compartida por Agustín Alezzo y Lizardo Laphitz (este último además representa uno de los personajes), consiguiendo que el interés del espectador no pueda decaer en ningún momento, y aprovechando al máximo el potencial de los actores.
También es lograda la escenografía de Marta Albertinazzi, utilizando con mucho rendimiento la pequeña sala, adaptándola a los tres espacios donde se desarrolla la acción: una sala de estar, una habitación y la mesa de un bar.
Enseña dos modos opuestos de enfrentar el desgaste impuesto por la cotidianeidad: distanciarse para preservar la libertad y el bienestar propio, o permanecer juntos para intentar recrear aquello que los unió.
La obra de Donald Margulies resulta eficaz al momento de describir con humor escenas de la vida conyugal, situaciones comunes donde el espectador se pueda sentir identificado, limitándose a señalar las dos posiciones sin tomar partido, pero carece de algún apunte que aporte mayor originalidad a lo que se está contando.
El mérito de la puesta reside en la dirección compartida por Agustín Alezzo y Lizardo Laphitz (este último además representa uno de los personajes), consiguiendo que el interés del espectador no pueda decaer en ningún momento, y aprovechando al máximo el potencial de los actores.
También es lograda la escenografía de Marta Albertinazzi, utilizando con mucho rendimiento la pequeña sala, adaptándola a los tres espacios donde se desarrolla la acción: una sala de estar, una habitación y la mesa de un bar.
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