miércoles, 23 de diciembre de 2009

Ornette Coleman - Teatro Argentino, 12 de mayo de 2009

La presentación de Ornette Coleman en la Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino de la ciudad de La Plata repitió el mismo programa de unos días antes en el Gran Rex, en Buenos Aires. Los temas oscilaron entre aquellos característicos de Ornette, vibrantes, animados, incluyendo abruptos cortes, como Tone Dialing o Bach Prelude, pertenecientes a Tone Dialing (1995), y tiempos lentos donde el arco del contrabajo de Tony Falanga asumió la dirección de la agrupación.
Resulta inevitable en un artista de la trayectoria de Ornette Coleman no hacer un repaso de sus influyentes bandas: el fundacional cuarteto junto a Don Cherry en trompeta de bolsillo, Charlie Haden en contrabajo, y Billy Higgins o Ed Blackwell en batería; el innovador doble cuarteto que grabó Free Jazz: A Collective Improvisation (1961); el trío con David Izenzon en contrabajo y Charles Moffett en batería; y otro doble cuarteto conformado por dos guitarras, dos bajos eléctricos y dos baterías, Prime Time.
El cuarteto que presentó en los conciertos citados mantuvo la tradicional ausencia de un piano puesto que, en opinión de Coleman, ese instrumento define demasiado el espectro armónico.
La incorporación de un bajo eléctrico en lugar de otro contrabajo, a diferencia de Sound Grammar (2006), obedece, como es usual en el saxofonista, a una razón tímbrica, permitiendo a su intérprete (Al McDowell) tocar arpegios o secuencias de acordes con un sonido más característico del blues.
Luego de escucharlo en esta segunda noche, percibo que funciona mejor en el contexto del grupo, en relación a mi primera impresión. Aún así, considero que la interpretación de McDowell se ajusta más a una banda como Prime Time, donde el elemento eléctrico congenia de forma más apropiada con el estilo funk y una propuesta musical "más liviana". Aquí, algunas partes tocadas por el bajista, suenan demasiado básicas, o muy veloces y cargadas de notas, en oposición a las frases de Falanga o Coleman.
En cambio, el baterista Denardo Coleman acertó en su tendencia a variar el ritmo, como en el atrayente efecto logrado al acompañar un blues con un acento de rock. A su vez, en diversos momentos ocupó el rol de conductor, función compartida de manera democrática con el resto de los integrantes.
Por su parte, Ornette exhibió su personal interpretación, compuesta de fraseos cortos, un sonido crudo, disonante, y solos breves y coloridos.
Sin dudas, una visita ilustre e inolvidable.

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