martes, 15 de diciembre de 2009

I'm a Cyborg, but that's O.K. (2007), de Park Chan-wook

Algo que hace posible mejorar aún más mi consideración de un muy buen cineasta es su capacidad de cambiar. El surcoreano Park Chan-wook lo consigue con creces en I'm a Cyborg, but that's O.K. (2006), una (en rigor inclasificable) comedia romántica, su siguiente película a continuación de la hiperviolenta trilogía de la venganza: El nombre de la venganza (2002), Oldboy (2003), Simpatía por la mujer venganza (2005).
En un neuropsiquiátrico, al que Park ingeniosamente pinta de colores vivos, dos internos entablan una angelical relación: una joven de nombre Young-goon (Lim Soo-jung) está convencida de ser un robot y se alimenta con pilas alcalinas, mientras persigue el secreto de su existencia; a su vez, Park-sun (Rain), un cleptómano que experimenta la sensación de creerse un conejo, tiene la intención de salvarla.
I'm a Cyborg, but that's O.K. contiene maravillosas imágenes surrealistas con el objeto de describir toda la fantasía e imaginación que caracteriza al mundo de sus personajes.
En esta deliciosa fábula, el mensaje consistiría en que lo necesario para acercarse a otro es un poco de comprensión y la aceptación de las diferencias.

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