Café Lumière es un homenaje del cineasta taiwanés Hou Hsiao-Hsien al célebre director japonés Yasujirô Ozu, con motivo de cumplirse el centenario de su nacimiento en el año 2003.
Yôko (Yo Hitoto), una joven periodista dedicada a investigar los sitios frecuentados por un intérprete de jazz en los años '30, y pasar tiempo con Hajime (el grandioso Tadanobu Asano), un amigo dueño de una librería y aficionado a grabar los sonidos de los trenes, emprende un viaje con el propósito de visitar a sus padres para anunciarles que está embarazada y ha decidido tener a su hijo sola.
A partir de esta historia mínima, Hou construye una película que fluye como la vida misma. Hecha de tiempos pausados y pocas palabras, sigue a los personajes en su entorno, los cafés y estaciones de trenes de la omnipresente ciudad de Tokio, utilizando la fotografía y el sonido con la intención de transmitir una verosimilitud casi documental.
Siguiendo a Ozu, Hou Hsiao-Hsien filma el ritmo de la vida diaria. Cine en estado puro.
Yôko (Yo Hitoto), una joven periodista dedicada a investigar los sitios frecuentados por un intérprete de jazz en los años '30, y pasar tiempo con Hajime (el grandioso Tadanobu Asano), un amigo dueño de una librería y aficionado a grabar los sonidos de los trenes, emprende un viaje con el propósito de visitar a sus padres para anunciarles que está embarazada y ha decidido tener a su hijo sola.
A partir de esta historia mínima, Hou construye una película que fluye como la vida misma. Hecha de tiempos pausados y pocas palabras, sigue a los personajes en su entorno, los cafés y estaciones de trenes de la omnipresente ciudad de Tokio, utilizando la fotografía y el sonido con la intención de transmitir una verosimilitud casi documental.
Siguiendo a Ozu, Hou Hsiao-Hsien filma el ritmo de la vida diaria. Cine en estado puro.
1 comentario:
En ocasión de concurrir a la 2da. edición del hoy desaparecido Festival Internacional de Cine Independiente de La Plata (Festi-Freak), la respuesta de mi ciudad al, por ese entonces, ya instalado Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI), en noviembre de 2006, sucedió un hecho risueño: al asistir a las funciones en las que se proyectaron tres películas, en cierto modo elegidas al azar, resultaron todas protagonizadas por el genial actor japonés Tadanobu Asano: Shark Skin Man and Peach Hip Girl (Katsuhito Ishii, 1998), Invisible Waves (Pen-ek Ratanaruang, 2006) y Away With Words (Christopher Doyle, 1999).
A partir de ese momento, me convertí en todo un fanático.
La programación incluida en la sección denominada Asia Mon Amour fue memorable.
El cine asiático de autor, por aquellos años, brillaba, resplandecía.
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